¿Es posible que una tecnología en principio tan alejada de la hidrología sirva de herramienta para la medición de precipitaciones? Un estudio ha demostrado que la red de telefonía móvil puede usarse como pluviómetros...
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Hoy en día ya no nos podemos imaginar nuestras vidas son los dispositivos móviles... teléfonos y tablets han pasado a formar parte de nuestro día a día, cambiando para siempre la manera de comunicarnos. En esto último las redes sociales han tenido mucho que ver, no sólo para establecer contacto, si no también para informarse, conocer y descubrir...
Y precisamente a través de esta tecnología, mediante un tweet de Hidrología Sostenible, fue como conocí esta nueva curiosidad que ahora comparto con vosotros, y quién sabe si también cambiará la manera de registrar precipitaciones tal y como la conocemos ahora.
Esto de la telefonía móvil está muy bien... siempre que tengas cobertura, claro!!! A veces ocurre que la señal no es suficientemente intensa para que la comunicación pueda ser posible...
Es la típica situación de las pelis de terror... alguien que se encuentra en una situación angustiosa... que para hacerla aún más angustiosa, resulta que está lloviendo a cántaros... coge el teléfono móvil para pedir ayuda... y como era de esperar no hay señal, o la llamada de socorro se corta... y al final pasa lo que pasa...
Pues resulta que eso de que en plena tormenta se pierda la señal no es cosa de películas, si no que sucede en la realidad... y esta pérdida de señal en términos hidrológicos puede ser muy útil, ya que puede usarse para registrar la precipitación como si de pluviómetros se tratara...
Esto es lo que ha demostrado un estudio publicado este pasado agosto en el Geophysical Research Letters.
Y es que un equipo de investigadores ha estado estudiando cómo relacionar la pérdida de intensidad de señal entre torres de telecomunicaciones de telefonía móvil para registrar la precipitación que la ha provocado... es decir, y si se me permite la comparación, convertir esas torres en pluviómetros.
Al igual que una masa de agua es capaz de absorber, dispersar o refractar un haz de luz que la atraviese, la lluvia que cae entre dos torres de telefonía móvil es capaz de absorber la energía y dispersar las ondas que viajan entre ambas alterando la señal.
De este modo, siendo capaces de medir y registrar en qué cantidad y en qué momento se producen estos cambios en la señal se puede relacionar y así obtener cuánta lluvia y por cuánto tiempo se produce.
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Este método, probado previamente en Holanda e Israel, se ha estudiado con detalle en Burkina Faso... Y es que una de las aplicaciones más interesantes del sistema es la medición de la precipitación en zonas de países en desarrollo con el objeto de predecir posibles situaciones de peligro por lluvias de fuerte intensidad o de larga duración que pueden conllevar consecuencias como avenidas que provoquen inundaciones o deslizamiento de terreno que afecten a población.
De esta manera, se puede aprovechar una infraestructura que en estos momentos está en franca expansión para registrar precipitaciones y predecir situaciones de emergencia, combinándola con observaciones satelitales que ofrecen una visión más global de tendencias en la posición de los frentes lluviosos.
Según el estudio efectuado en Ouagadougou, la precisión de medición del método fue del 95%, lo cual es muy notable teniendo en cuenta que la densidad de torres no es muy elevada... y es que, evidentemente, a mayor densidad de "pluviómetros telefónicos" mayor es la precisión de los registros...
El inconveniente de este método está en las propias compañías, ya que como es lógico son reacios a la cesión de datos sobre sus redes... pero con todo y con eso, se está abriendo una una ventana hacia métodos, procesos y protocolos de emergencia frente a las inundaciones... aunque esté lloviendo.
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